martes, 23 de noviembre de 2010

Las formas en la Responsabilidad Social


Las formas siguen primando sobre el fondo en materia de Responsabilidad Social.

Las empresas españolas no especifican sus niveles de cumplimiento del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Se sigue descuidando la RSC en favor del cortoplacismo
Parecen haber acogido con los brazos abiertos el novedoso concepto de Responsabilidad Social entendido como herramienta de gestión corporativa. Las empresas, influidas por un escenario de desazón y desconfianza que busca nuevos referentes, se han erigiendo en adalides de la protección medioambiental, de la transparencia con los stakeholders o del respeto a los derechos humanos. Han entrado de lleno- consciente o forzosamente- en la nueva “era de la responsabilidad” como antídoto contra las corruptelas y afanes cortoplacistas de antaño. Las campañas de marketing e informes anuales son cada vez más “verdes”, cada vez más “éticos”, y adoptan un sesgo “responsable” hasta en los más pequeños detalles, desde la búsqueda de proveedores sostenibles hasta la implantación de la RSC en las tradicionalmente olvidadas filiales de las economías emergentes.
Sin embargo, la realidad se enfrenta a una cara más oscura, y la integración de la Responsabilidad Social en el seno de las compañías no es tan coherente ni tan profunda como sus informes y campañas quieren hacer notar.
En materia de transparencia informativa despuntan algunas compañías del Ibex 35 que sí parecen haberse preocupado de mejorar sus vías de comunicación con los grupos de interés. Un buen ejemplo es el caso de Mapfre, que ha abordado con especial entusiasmo las prácticas de gobierno corporativo basadas en la transparencia empresarial y la confianza mutua con accionistas e inversores, respetando las reglas de libre mercado y de libre competencia, y rechazando cualquier práctica irregular para obtener ventajas empresariales.
Y sin embargo, la comunicación corporativa sigue cojeando en el grueso de las compañías españolas, a pesar de los excelentes escaparates de unas páginas web que- paradójicamente-siguen omitiendo o cercenando información interesante para sus grupos de interés.
En este sentido, una reciente investigación elaborada por la revista 'Compromiso RSE' del grupo Custom media, revela que las empresas del IBEX-35 no destinan espacios destacados ni recursos suficientes a la información sobre RSC.

LUCHA CONTRA LAS CORRUPTELAS


Se sigue descuidando, por lo tanto, la gestión responsable en pro del cortoplacismo y la búsqueda de beneficios .
Así pues, parece evidente que la lucha contra el oscurantismo y las corruptelas precisa más y mejores armas para llegar a buen puerto y ha de ser abordada desde múltiples frentes: el marco legal y los códigos de conducta de voluntaria asunción por parte de las compañías. Un paso hacia adelante es la acción voluntaria y conjunta de las empresas, creando así un marco internacional y acuerdos capaces de regular la acción de cada empresa, facilitando la identificación de situaciones de corrupción, proporcionando herramientas para combatirlas y, sobre todo, fortaleciendo a las empresas para que, de manera conjunta, puedan eliminarse todo signo de corrupción en el sector privado. Es también necesaria la orientación al desarrollo sostenible a través de lo que el autor Thomas Friedman ha dado en llamar “reformas al por menor” que apuestan por remover la economía desde su base y su origen, lejos de las grandes acciones de índole macroeconómica.
Beatriz Lorenzo