lunes, 4 de abril de 2011

El Congreso de Estados Unidos declara culpable de la crisis a las agencias de calificación

El Congreso de Estados Unidos ha proclamado culpables de la crisis a las agencias de calificación.

Salvador Seliva, el Lunes, 04 de abril de 2011


Los jefes de Moody's salen de la crisis que ellos provocaron con sueldos récord. Las agencias de calificación han salido tocadas de la crisis financiera. Su credibilidad está en entredicho, el Congreso de Estados Unidos les ha proclamado culpables de la crisis y sus beneficios han retrocedido al nivel de hace varios años. Sus altos ejecutivos, sin embargo, han pasado la página con sueldos y bonus récord, al menos en el caso de Moody's. La convocatoria de junta recién realizada por la compañía indica que la retribución de su presidente ejecutivo, Raymond McDaniel, subió un 69% en 2010 hasta los 9,15 millones de dólares (unos 6,4 millones de euros). Los cinco directivos mejor pagados de la firma se repartieron 20 millones de dólares, con un aumento del 60%. Moody's concede mucha importancia a la paga variable, y lo justifica en el alza de los beneficios de 2010, pero como en muchas empresas, la paga variable varía más hacia arriba que hacia abajo.

La cúpula de Moody's gana el doble que en 2005 pese a que desde entonces el resultado operativo ha caído el 17% y el beneficio neto cerca del 10%. La crisis les ha salido rentable. Entre los conceptos retributivos de 2010, uno llama la atención. Moody's premia a su presidente, entre otros motivos, por sus logros al "ayudar a restaurar la confianza en las calificaciones de Moody's Investors Service al elevar el conocimiento sobre el papel y la función de las calificaciones (...)". El premio se aprueba semanas después de que el Congreso de EE UU haya señalado a las agencias de calificación entre los culpables de la crisis financiera y haya resaltado justo a Moody's como caso de estudio sobre las malas prácticas que provocaron la crisis. El documento resalta que de 2000 a 2007 Moody's consideró de máxima solvencia (triple A) a 45.000 valores relacionados con hipotecas. El informe repasa los modelos de cálculo desfasados, las presiones de las firmas financieras y cómo se anteponía el ansia por ganar cuota de mercado a la calidad de las calificaciones. La comisión señala que hubo un "claro fallo de gobierno corporativo en Moody's, que no se aseguró de la calidad de decenas de miles de calificaciones".

El presidente ejecutivo de Moody's acudió a testificar ante la comisión acompañado por Warren Buffet, el principal accionista de la agencia. Pero Buffet se lavó las manos. "Al ser preguntado sobre si estaba satisfecho con los controles internos de Moody's, Buffet contestó que no sabía nada sobre la gestión de la agencia: 'No tenía ni idea, no he estado nunca en Moody's, no sé ni dónde están'. Buffet dijo que invirtió en la compañía porque el negocio de las agencias de calificación era 'un duopolio natural, lo que le daba un increíble poder sobre los precios", relata el informe de la comisión. Otros testimonios muestran que cumplir las normas no era prioritario para Moody's. Un antiguo director de Cumplimiento, Scott McCleskey, contó a la comisión cómo en una cena el entonces responsable del área de calificaciones, Brian Clarkson, apodado el Dictador, presumía de los buenos resultados logrados gracias a los títulos hipotecarios. En el informe también se ve cómo las agencias se iban equivocando una y otra vez al valorar la solvencia de las entidades que acababan cayendo como Bear Stearns, Lehman o AIG. Moody's tenía para AIG una calificación similar a la que otorga al Santander o al BBVA e incluso después de la quiebra de Lehman, cuando la Reserva Federal maniobraba a la desesperada para salvar a la aseguradora, la rebaja de calificación fue de solo dos escalones, hasta A2, superior a la que concede a la gran mayoría de entidades españolas.

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